EL CONSUELO

«Vi llorar un alma inconsolable…» Pablo López.

Las heridas que sufrimos, cuando son profundas, nos provocan un dolor desgarrador en el alma. Dolor que apaciguamos con el llanto pero, ¿qué hacemos cuando ni siquiera el llanto consigue calmarnos? cuando el sentimiento que tenemos nos arrastra, hasta un desconsuelo porque no podemos con la carga de la emoción. El entorno nos dice que el tiempo cura las heridas, pero si el tiempo pasa y tú no mejoras, ¿Qué haces?

Normalmente, te pones una máscara y disimulas. Disimulas que estás bien. Finges que ya no te duele. Actúas como que no pasa nada. Aunque la realidad te demuestra que en tu interior estás igual de mal, que te sientes infeliz…

«Infeliz» he aquí la clave.

Las personas nos mantenemos infelices por varios motivos, cuando no soy feliz ante los demás, obtengo un consuelo momentáneo que calma mis heridas, en otras ocasiones, no me permito ser feliz por lealtad a aquellos que por diferentes circunstancias no pueden disfrutar de la situación en este momento, de igual modo existen más formas. Sin embargo, cuando analizamos nuestro transcurrir diario y observamos todos los acontecimientos que nos suceden, vemos que realmente NO somos tan infelices.

Lo que nos ocurre es, como si hubiésemos sacado una foto del hecho que nos marcó la herida profunda y la utilizásemos todos los días de pantalla de vida, de filtro en la mirada. De manera que cuando observamos el instante que nos aportaría felicidad, nos ponemos ese filtro y valoramos la situación a través de ese dolor, impidiendo conectar nuestras emociones reales con nuestro corazón. Dejando que se manifieste solamente el dolor profundo que cargamos. Nos saboteamos un poco nuestra realidad.

Darnos cuenta de ese autosabotaje que nos realizamos, nos permite reaccionar en busca de un consuelo, que podemos encontrar a través de diferentes técnicas, de terceras personas, de profesionales, etc. Que nos van a dar la forma de crear un mecanismo para fabricar nuestro propio consuelo.

Si observamos la palabra CON-SUELO nos está indicando, que atender nuestras heridas profundas, nos aportará un SUELO CON el que tener una base de apoyo para sujetarnos y mantenernos estables. Dicha estabilidad, nos permitirá observar la realidad de cada instante para darnos cuenta, de dónde está nuestro error y asumir que podemos cambiarlo en algo que nos de seguridad interna.

Realizar este desarrollo puede parecer complicado, sin embargo, no lo es. Si quieres avanzar en el tema, ponte en contacto conmigo y te acompaño en tu proceso.

¿QUIERES LEER MÁS?

REGÍSTRATE EN NUESTRO BOLETÍN Y RECIBE DE FORMA CÓMODA NUESTRAS PUBLICACIONES

¡No enviamos publicidad! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *