Tras leer este libro » La Bella Durmiente» de Sheri S. Tepper, descubrí como escuchar el duelo que llevaba dentro de mí tras la muerte temprana de madre y que se intensificó más aún, al fallecer mi abuela materna 28 años después. Sentir ese duelo tan prolongado me llevó a darme cuenta que había cosas dentro de mí que no funcionaban y además aprendí a entender un poco más las emociones y su gestión interna. Estas fueron mis conclusiones:
Versión Bella Durmiente y el Duelo
Bella cae en un sueño profundo al desaparecer su madre, para mantenerse siempre joven y que la recuerde tal y cómo es. Sin el paso del tiempo. Sin sentir. Sin dar realmente. Sin amar del todo, para no traicionar a su madre. Para ser la hija digna de ella. En definitiva, para no vivir.
El duelo prolongado es el sueño profundo en el que entras para no ver. No crecer. No seguir. No avanzar en la vida. Es el sueño profundo de la muerte en vida. Se podría decir que es morir por acompañamiento, y se sale de ahí cuando algo te remueve lo suficiente como para despertarte.
Ese cambio te llevará a trasformarte en Perséfone, ( mitología griega) capaz de salir y entrar en el submundo de la muerte, ayudando a salir y a entrar a todo el que lo desee. Sabiendo las puertas que hay que abrir y cerrar, escuchando los llantos y los lamentos de los que allí permanecen autosecuetrados.
Porque eso es en realidad, el duelo prolongado, un autosecuestro, donde sacrificamos nuestros sueños, nuestras ilusiones, en beneficio del llanto, del dolor, del sufrimiento, todo por ese ser amado que nos ha abandonado, que ya no está con nosotros.
El duelo prolongado te impide disfrutar de la vida por lealtad a quien ya no está. No puedes ser feliz porque, ese ser tampoco está siendo feliz al no estar presente. Lo que nos lleva a sentir mucha lástima y pena por todo lo sucedido.
Cuando sentimos pena y lástima, no nos preguntamos sinceramente ¿por quién la sentimos? Nunca es por los que se fueron, siempre es por los que nos quedamos. Es por eso que no somos capaces de llenar nuestro vacío interno, puesto que pensamos que el vacío está fuera. Ya que nuestro ser querido no está y nos dejó su ausencia, en un vacío exterior. Mira tu interior y acepta que te sientes mal. Depués abraza esas emociones y comienza a atenderlas con escucha activa.
A mi me ayudo mucho el libro de Rosa Montero «La ridícula idea de no volver a verte»
Gracias Natalia, aunque no he leído el libro «El duelo de la bella durmiente», tu reflexión llega a mi en un momento justo que vivo duelos personales, y me lleva a profundizar… Gracias abrazos!!