EL DUELO

Cuando un ser querido nos deja, se lleva consigo nuestra alegría, nuestros sueños comunes y nos embarga un gran dolor y una tristeza que en ocasiones paraliza nuestras ganas de vivir. Dando paso a lo que se conoce como «Duelo».

Este «Duelo» según los psicólogos tiene 5 etapas pero hoy os voy a ofrecer un punto diferente de visión para tanto dolor. Sobretodo cuando ese dolor se vuelve crónico.

Cuando sufrimos la pérdida de alguien a quien hemos llevado en nuestro corazón sentimos un vacío que en ocasiones puede volverse patológico. Lo que se conoce como el duelo crónico. Una de algunas causas que lo originan es por la falta de información que muchos tenemos.

Según la ciencia, el ser humano está compuesto por un 10% de materia y un 90% de energía. Llegado el momento, ese 10% de materia se muere y el 90% de energía se transforma. El problema radica en que, mientras estamos centrados en el 10% de la materia, no pensamos en ese 90% restante que también existe. Por tanto, cuando el ser vivo fallece, solo lo hace en su materia, su energía se transforma en otra cosa que los que aún somos materia desconocemos. (sin entrar en espiritualidades).

Por otro lado, las personas que vivimos el duelo crónico, lo que vivimos en realidad es la pena por no seguir viviendo con el ser fallecido, y por ello «me duelo». Vivimos su ausencia de materia, como si ya no quedase nada de él para nosotros y esta nueva situación, nos ahoga provocando un llanto interno (y a veces externo) continuo, derivado de la pena por no volver a verle. Aunque si analizamos esa pena no es por la ausencia de ese ser, si no más bien, por nosotros mismos, de ahí el «me duelo». Nos angustia nuestra vida, nuestras nuevas experiencias sin el ser fallecido. Nos creemos No merecedores de vivir nuevas experiencias de vida sin ese ser a nuestro lado.

Ahora, con toda esta información si entendemos que solo nos transformamos al morir ( lo que no significa que desaparezcamos ni que dejemos de existir) y que el dolor de la tristeza tan profunda que sentimos es más por nosotros mismos que por el que se fue, nos brinda una visión diferente de cómo vivir el duelo para que no se convierta en crónico y poder superar esta fase desde otra perspectiva para ser de nuevo nosotros sin fisuras internas que no nos dejen continuar en este tránsito de vida.

Atiende tus heridas internas, y rellena tus vacíos pero no los excuses como algo relacionado con la ausencia del ser querido. Si sientes ganas de llorar ¡Hazlo! Si por el contrario necesitas gritar ¡Grita! ¡Nada consume más energía y por tanto vida, como las emociones atascadas! Trabaja en ti misma/o para superarte.

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1 comentario en “EL DUELO”

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