HOMBRE RICO vs. HOMBRE POBRE

Un acaudalado hombre de negocios estaba pasando sus vacaciones en un pueblo costero. Y una mañana, andando a paso acelerado por la playa, advirtió la presencia de un pescador que regresaba con su destartalada barca.

-¿Has tenido buena pesca? -le preguntó.
-Buenos días -le contestó el pescador. Y, sonriente, le mostró las tres piezas que había pescado-. La verdad es que el mar ha sido generoso conmigo.
El hombre de negocios echó un vistazo a su reloj y le espetó:
-Todavía es muy temprano. ¿Cuánto tiempo has estado pescando?
-Solo un ratito.
Tras una breve pausa, el hombre de negocios dijo:
-Supongo que volverás a salir, ¿no?
Extrañado, el pescador le preguntó:
-¿Volver a salir? ¿Para qué?
-Pues para obtener más pescado -respondió el hombre de negocios, que lo consideraba algo obvio.
-¿Y qué haría con él? ¡No lo necesito! Con estas tres piezas tengo suficiente.
El hombre de negocios soltó una enorme carcajada y le replicó:
-Mejor entonces, porque así podrías venderlo.
-¿Venderlo? ¿Para qué? -preguntó el pescador.
-Para tener más dinero.
-¿Más dinero? ¿Para qué?
-Para cambiar tu vieja barca por una nueva, más grande y bonita.
-¡Pero si mi barca cumple su función perfectamente! ¿Para qué querría cambiarla?
-Para poder pescar mayor cantidad de peces en menos horas.
-¿Pescar más peces en menos horas? ¿Para qué?
-Así podrías contratar a algunos hombres.
-¿Contratar algunos hombres? ¿Para qué?
-Para que pesquen por ti.
-¡Pero si a mí me encanta pescar! ¿Para qué querría que otros pescaran por mí?
-Para ser rico y poderoso.
El pescador no entendía la mentalidad de aquel hombre. Sin embargo, volvió a preguntarle:
-¿Rico y poderoso? Lo siento, amigo, pero no le veo el sentido.
-Déjame que te lo explique. Esta es la mejor parte. Al convertirte en un hombre de negocios rico y poderoso podrías pasar más tiempo con tu familia y descansar cuando quisieras.
El pescador lo miró con una sonrisa y le dijo:
-Eso es lo que voy a hacer ahora mismo.

“Quien no es feliz con poco, no lo será con mucho; quien no aprecia lo pequeño no podrá ser cuidadoso de lo grande; a quien lo suficiente no basta está al margen de la virtud, pues el cuerpo físico vive de un día para otro y si se le proporciona lo que realmente necesita, habrá tiempo todavía para la meditación, mientras que si se trata de darle cuanto desea, la tarea será inacabable.»

Lao-Tsé

¿QUIERES LEER MÁS?

REGÍSTRATE EN NUESTRO BOLETÍN Y RECIBE DE FORMA CÓMODA NUESTRAS PUBLICACIONES

¡No enviamos publicidad! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *