Con todo este confinamiento a nivel global, con la ralentización de la economía hasta casi su paralización la mayoría de las personas vislumbran la escasez como resultado, lo que llevará al cierre de negocios y a la pérdida de poder adquisitivo.
«Para ver claramente, debemos calmarnos. Cuando estamos sobrepasados por las emociones fuertes, somos como un árbol en una tormenta, con sus ramas altas y sus hojas oscilando con el viento. Pero el tronco del árbol está sólido, estable y profundamente enraizado en la tierra. Cuando estamos atrapados en una tormenta de emociones podemos praticar parecernos al tronco del árbol. Nos vamos abajo al tronco y volvemos a la quietud, no nos dejamos llevar por nuestros pensamientos y emociones. No decimos o hacemos nada; solo enfocamos toda nuestra atención en sentir cómo sube y baja nuestro abdomen, nuestro tronco. Esto nos protege de hablar con ira y de decir algo de lo que podamos arrepentirnos».
Thich Nhat Hanh en «Cómo luchar».
Quizás sea fantasioso esto que comentaré, quizás raye la locura (con tantos días encerrados podría justificarse) pero lo cierto es que todo esto no es más que una puesta a cero.
Una puesta a cero con ventajas:
– En las que nadie ha fracasado, todos hemos perdido algo o peor aun, a alguien. Siempre nos quedará la experiencia para empezar de nuevo o el recuerdo de quien estuvo y lo que nos quiso. Haz que sea tu combustible para seguir en el camino.
– Si lo que hacías no te gustaba empieza ahora con aquello que te apasiona y si te encantaba continua con más ganas. Sacúdete el polvo, olvida las heridas y sigue avanzando.
– No pienses en lo que fue en el pasado, no existe. Solo tienes hoy! Inventa, crea, cambia, crece. Todo lo que hagas para mejorarte es para sentirse orgulloso de quien eres.
– Nadie sabe exactamente por lo que estás pasando, todo lo que estás sufriendo, solo tú. Por ello solo tú puedes levantar tu ánimo y tu vida. Si no te sientes con fuerzas para hacerlo busca ayuda profesional, si ya la tienes y no te sientes comprendido, cambia a otra persona. No vale hundirse.
– Si no tienes para alimentar a tu familia busca otro empleo, el campo pide manos a gritos. Así tendrás trabajo, pon unas gallinas y tendrás huevos, planta patatas y llenarás el estómago. La tierra nos ofrece recursos para sostenernos vivos. La tierra no necesita ricos, necesita seres vivos que la cuiden. El dinero no se puede comer.
– La escasez es para quien la siente. Aprende a vivir con menos, no es más rico quien más tiene sino quien menos necesita. A veces confundimos la comodidad con la felicidad y no es así. Por ejemplo: Nos resulta más cómodo comprar una tarta pero en este confinamiento hemos aprendido a disfrutar del placer de cocinar una nosotros mismos y degustarla como el mejor de los manjares.
– Eres más valiente de lo que piensas. No es la primera vez que te enfrentas a una situación dura y has salido adelante, más sabio. Ahora utiliza esa sabiduría para potenciar tus recursos.
– La escasez y la abundancia son formas de ver la vida. Nadie es suficientemente rico ni absolutamente pobre, deja de compararte, de sentir lástima de ti mismo, de no asumir tus posibilidades por temor. Decide cual será tu siguiente objetivo real y pon tu empeño en lograrlo.
– Confía en ti, confía tanto, que nadie pueda dudar de lo que eres. No lo olvides.
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