LA FORTALEZA

Había una vez un niño pequeño que se sentía un poco débil ante las injusticias que ocurrían en el mundo. Cada vez que ocurría algo diferente en su entorno que le afectaba, él se sentía débil. Hasta que un día mientras paseaba por el campo escuchando las historias que le contaba su padre se armó de valor y le preguntó:

-. Papá, papa, ¿Qué árbol es el más fuerte de todos?

-. El roble es un árbol cuya madera es apreciada por su dureza.

-. Pues cuando sea mayor voy a ser tan fuerte como un roble. Y así, ningún problema podrá conmigo.

El padre escuchando ésto, decidió contarle una historia más.

Había una vez un bosque en el que habitaba un hermoso roble, era un espécimen admirado por su dureza, su tronco de más de doscientos años ofrecía una imagen de resistencia, y sus ramas pesadas se mantenían erguidas.

Un poco más a la derecha, había un pino que siempre lo observaba y admiraba por el estilo tan valorado de su madera. Mientras se veía a si mismo nada resistente, pues su madera es considerada blanda y sus ramas se mantenían muy flexibles e incluso elásticas.

Y así iban creciendo uno con su dureza y el otro con su debilidad. Hasta que un día, cayó la nevada más grande que puedas imaginar. Mientras nevaba, el roble con su dureza pensó que podría sostener tanta nieve sobre sus ramas puesto que él era el arbol más fuerte del bosque. Pero no fue así, al cabo de un rato de sostener tanto peso, sus ramas empezaron a resquebrajarse hasta que se partieron.

Por otro lado se encontraba el pino, soportando igual que el roble la intensa nevada que ese día caía en el bosque. Sus ramas aunque más débiles que las del roble también sostenían la nieve que caía pero debido a su naturaleza débil no pudieron sostener más el peso y las ramas empezaron a descender permitiendo que la nieve acumulada cayera al suelo. Esta situación provocó que la gran carga que soportaba el pino desapareciera y que sus ramas regresaran al estado anterior a la nieve, gracias a su flexibilidad y elasticidad.

-. Hijo, a veces en la vida creemos que ser fuertes como el roble nos permite soportar cualquier situación, cuando en realidad, esa fortaleza nos parte por dentro y nos destroza, al vivir una experiencia difícil. Mientras que si actuamos como el pino, nada mejor que ser flexible para adaptarnos a dicha situación y salir mejor parados del duro instante vivido.- le dijo el padre.

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1 comentario en “LA FORTALEZA”

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