LA RELACIÓN EMOCIONAL CON LOS PADRES

Todos a lo largo de nuestra vida hemos tenido altibajos en la relación con nuestros padres. Altibajos que nos han marcado más profundo o bien ha pasado como algo anecdótico.

La relación con los padres está basada en la necesidad de protección, por parte del padre y de nutrición, por parte de la madre principalmente. Aunque en ocasiones puede darse la situación a la inversa.

Cuando alguno de estos dos prototipos no se producen en el grado o la intensidad que el hijo/a necesita, se crea un vacío interno en el niño/a que persiste y modifica las relaciones sociales del adulto.

Estos vacíos nos llevan de adultos, a intentar llenarlo con cualquier necesidad que lo cubra, como puede ser la relación con la comida, las adicciones, las relaciones tóxicas, las manías, etc…

Es por eso que las relaciones de los padres son tan importantes para el niño/a pequeño/a. Pero cuando esta relación no puede ser atendida en las necesidades del niño/a debido a diversas circunstancias, para el hijo/a adulto es fundamental transformarnos en nuestros propios padres y de este modo llenar nuestros vacíos a nosotros mismos.

Por ejemplo:

«Si tu madre/padre nunca te ha consolado, con toda probabilidad te será difícil encontrar un verdadero consuelo para el corazón en las relaciones que establezcas con otras personas.
TU LABOR será crear ese sentido de consuelo para el corazón dentro de ti mismo/a.

Si tu madre/padre nunca se ha compadecido de ti, con toda probabilidad tendrás poca paciencia con tus propios fallos humanos, así como con los de los demás.
TU LABOR será observar a alguien que practique la compasión, y practicarla tú mismo/a.

Si tu madre/padre silenciaba tu creatividad.
TU LABOR será dar voz a cada impulso creativo que se presente. Pinta, escribe poesía, toca un instrumento musical, cuida las plantas, cocina y baila.

Si tu madre/padre despreciaba o rechazaba su propio cuerpo como mujer/hombre.
TU LABOR es abrazar y honrar a tu cuerpo y a tu sexualidad.

Si te sentías abandonado/a por tu madre/padre por la razón que fuera, incluyendo la depresión o el alcoholismo.
TU LABOR sera escuchar tus sentimientos y nunca abandonarte tú mismo/a.

Todos nosotros llevamos encima el peso de nuestros padres por lo que es necesario sanar la ruptura madre/padre/hijo/a, tanto si tus padres están vivos como si no, para así poder sanar la profunda herida de tu naturaleza interna. El elemento clave reside en que TÚ mismo/a te conviertas en un/a BUEN/A PADRE/MADRE. Con esa idea en la mente, asume la tarea de SER PATERNAL/MATERNAL CONTIGO MISMO/A.»

Esto se realiza escuchando principalmente a nuestro niño interior. Él será quién mejor nos indique qué es exactamente lo que necesitamos para curarnos, para llenarnos por dentro y rebosar nuestro amor propio y nuestra seguridad personal interna.

Nuestros padres en realidad, siempre han hecho lo mejor que han podido dentro de sus capacidades. ¡Han traído vida a este mundo!

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